Los Regalos del Universo: Aprendiendo a Dar y Recibir

Los Regalos del Universo: Aprendiendo a Dar y Recibir

El comienzo de año es una época cargada de simbolismo. Con las festividades como punto de partida, nos encontramos frente a una oportunidad para reflexionar sobre los regalos, no solo los materiales, sino también los espirituales y emocionales que la vida nos ofrece. ¿Alguna vez te has preguntado por qué a veces nos cuesta tanto recibir regalos, cumplidos o ayuda? En este artículo queremos explorar las dinámicas del dar y  recibir, y cómo estos actos aparentemente simples pueden transformar nuestras vidas.

Lo que primero aprendemos en la vida es a recibir. Desde el momento de nuestra concepción, recibimos nutrientes y protección de nuestra madre. Este acto de recibir es nuestro movimiento primario, la base sobre la cual construimos nuestra capacidad de dar. Es un proceso natural, como la respiración: inhalamos, recibiendo el aire que nos da vida, y luego exhalamos, devolviendo lo que hemos recibido. Este ciclo de dar y recibir es fundamental para nuestra existencia y nuestro bienestar. Cuando estamos sanos, este flujo se mantiene en equilibrio, permitiéndonos participar plenamente en el movimiento del amor. Solo después de haber recibido lo suficiente, podemos dar de manera genuina y abundante. Así, nuestras relaciones y nuestra vida misma se convierten en un reflejo de este ritmo primordial e infinito de recibir y dar.

Imagina por un momento que alguien te ofrece un regalo. ¿Cómo reaccionas? ¿Lo aceptas con una sonrisa o sientes una incomodidad? ¿Te nace devolver el gesto lo antes posible?

Aquí es donde entran en escena nuestros amigos internos: el Perro de Arriba y el Perro de Abajo. ¿Te suenan? El Perro de Arriba es ese crítico interno que te dice “no te lo mereces”, mientras que el Perro de Abajo es esa vocecita que susurra “no soy suficiente”. Estas dos partes internas dialogan constantemente dentro de nosotros:

El Perro de Arriba representa nuestra voz crítica y exigente, los “deberías”, nos juzga y nos dice lo que tenemos que hacer. Este aspecto de nosotros mismos nos puede hacer sentir que no somos merecedores.
El Perro de Abajo simboliza nuestra parte vulnerable, es la parte oprimida de nuestra personalidad, utiliza el autosabotaje y la postergación como estrategias, teme ser rechazada o no valorada.

El equilibrio del Dar y Recibir

Siguiendo la idea, tanto dar como recibir tienen un impacto profundo en nuestra salud emocional y mental, reforzando el sentido de pertenencia y conexión con los demás. Pero, ¿cómo se manifiesta esto en nuestra vida cotidiana?

¿Te encuentras pasando horas buscando el regalo perfecto? Cuando eliges cuidadosamente un regalo, estás diciendo “Te veo, te entiendo y me importas”. ¿No es hermoso? Sin embargo, ¿sientes a veces que esta búsqueda se vuelve estresante? Me siento obligada a hacer regalos: ¿Qué sientes frente a la presión social de los regalos?

¿Te has sentido alguna vez atrapada en un ciclo de dar por obligación? Este sentimiento puede generar resentimiento y estrés, alejándote del verdadero propósito de dar. 

Como todo patrón de comportamiento, es valioso reflexionar sobre las motivaciones subyacentes al acto de dar y recibir, ya sea en forma de regalos materiales o de disponibilidad constante para los demás. Desde una perspectiva social, la generosidad y el altruismo a menudo se asocian con ser una “buena persona”. Sin embargo, este concepto puede volverse problemático cuando el intercambio no es equilibrado.

Cuando la balanza del dar y recibir se desequilibra significativamente, y una persona da constantemente más de lo que recibe, pueden surgir tensiones en los sistemas relacionales, ya sea en el ámbito laboral, familiar o de amistad. Por otro lado, algunas personas desarrollan una actitud de sentirse merecedoras de recibir constantemente. Esta postura también puede ser una manifestación de patrones de carácter que obstaculizan el logro de relaciones equilibradas y satisfactorias.

Es importante reconocer que tanto el dar excesivo como el recibir sin reciprocidad pueden ser máscaras que ocultan necesidades emocionales más profundas o creencias limitantes sobre el propio valor y las relaciones.

Presta atención a cómo te sientes en los pequeños intercambios diarios: al recibir un cumplido, al ofrecer ayuda, o al aceptar una invitación. Cada uno de estos momentos es una oportunidad para practicar el equilibrio entre dar y recibir con autenticidad. Estos pequeños actos de conciencia pueden transformar gradualmente tus relaciones, llevándote hacia un equilibrio más natural y satisfactorio.

TE SUJERIMOS:

Desde la perspectiva de las constelaciones familiares, existen varias acciones que pueden ayudar a equilibrar el dar y recibir:

  • Reconocimiento y gratitud: Practicar el agradecimiento consciente por lo que hemos recibido, especialmente de nuestros padres y ancestros. Esto ayuda a reconocer el flujo natural de dar y recibir en el sistema familiar.
  • Dar desde el adulto: Asegurarse de dar desde una posición adulta y madura, no desde un lugar de carencia o necesidad infantil.
  • Respetar los límites: Dar solo lo que tenemos para dar, sin excedernos. Esto implica reconocer nuestras propias limitaciones y las del otro.
  • Proporcionalidad: Dar en proporción a lo que el otro puede devolver, evitando desequilibrios que puedan generar culpa o resentimiento.
  • Valorar lo recibido: Apreciar genuinamente lo que otros nos dan, entendiendo que puede ser diferente de lo que hemos dado nosotros.
  • Practicar la reciprocidad en el amor: En relaciones de pareja, dar un poco más de lo recibido por amor, permitiendo que la relación crezca y se profundice. Y por consecuencia devolver un poco menos si nos dan algo que nos daña. 

“Creemos en un espacio seguro donde puedes compartir tus experiencias, dudas y logros, sabiendo que siempre contarás con el respaldo de compañeros y de grandes profesionales. Si deseas ser parte de una comunidad que valora la importancia de aprender juntos y formar parte de una red de personas comprometidas con su desarrollo y el de los demás, te invitamos a nuestras formaciones.”