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En el marco de los encuentros realizados en el Institut Integratiu, bajo la inspiración directa de Claudio Naranjo, Quim Gómez i Tarrés nos regala una reflexión profunda sobre la Gestalt Viva como existencialismo ateórico. Este texto no es un mero artículo académico, sino una declaración existencial que emerge de la experiencia vivencial.
Ideas del existencialismo a teórico
Estas reflexiones nacen a partir de la vivencia de diversos talleres de la Gestalt Viva y de reconocer en la experiencia de los mismos como de una manera organísmica encajaban en mi pensamientos e ideas, así de real es, para mí, que la Gestalt Viva es ateórica que no significa que no nazca de teorías, sólo que ni se agarra a ellas ni se convierten en una estructura sino es algo que va más allá: confía en el Ser.
Levinas, y Buber son dos filósofos existencialistas que nos presentan el encuentro con el otro como el espacio donde se da la radicalidad del ser, dice Levinas donde podemos sentirnos y tener afecto. Mientras que Buber habla de la relación Yo-Tu y la describe como la relación primordial es decir la primera así cuando pronunciamos palabras primordiales no señalamos cosas, objectos sino sujeto, SER, existencia.
Buber dice: “Las palabras primordiales no expresan algo que pudiera existir independientemente de ellas, sino que, una vez dichas, dan lugar a la existencia.”
Estos dos autores para mí comprenden lo organísmico con palabras, o mas bien cuando he vivido la experiencia del encuentro primordial me he apropiado de las palabras para poder dar cognición a la vivencia.
Esa vivencia en Gestalt viva se manifiesta a través del dentro-fuera, del sonido, el gesto, la mirada, la palabra, la escucha dando espacio al SER, abriendo espacio a la existencia, a lo fenomenológico que se da, sin la intención Hurseliana, en la Gestalt cuando está se expresa en todo su esplendor a través de la relación primordial.
Es en la relación primordial Yo-Tú donde esa comunicación se produce y es en ella sin espacio, sin vacío donde la transformación se da, a partir del darse cuenta de la presencia del Otro, como un Tú, no como un objeto, lo que permite estar frente al otro sin coraza, sin velos que impidan ver y vivir el Ser, observar la fragilidad de lo humano sin pantallas para reconocer en la fragilidad la fortaleza de existir en el ser humano que soy Yo, y que eres Tú.
Si dejamos la filosofía en el fondo y vamos al emergente de la Gestalt Viva, hacemos figura el encuentro con el Otro, en éste se busca la autenticidad frente a frente el Yo frente al Tú, donde dejamos las estructuras, las creencias, las ideologías, para encontrarnos con el otro en todo su Ser. La Gestalt Viva abre el camino a la existencia de uno mismo frente al otro; desnudo, retirando uno mismo las capas para poder mostrar el ser frente a otro.
Todo esto en mi doble condición, de licenciado en Filosofía y Psicoterapeuta Gestalt lo he podido entrelazar, pues primero al leer a estos dos autores, (Levinas y Buber) y sobre todo a éste último, Buber pensaba yo quiero vivir esto, y luego al irme entrando en la Gestalt Viva me permitió experimentarlo, no fue dirigido a experimentar, sino que lo vivencie, lo experiencié sin tener presente lo leído, cuando la Gestalt Viva se fue dando y sobre todo cuando pude cerrar la Gestalt iniciada, fuera en la misma sesión de Gestalt Viva, fuera mas adelante, puede darme cuenta de que había tenido una experiencia que me había acercado a un SER y en ese encuentro algo vibro en mí SER, algo se transformó, fue algo transcendente que se daba entre un Yo-Tú o un Yo-Tu(Nosotros) esta es la fuerza de la Gestalt Viva.
Entonces, ¿Cómo se hace Gestalt Viva? Uno podría decir, pensar si no hay teoría es algo fácil y simple. Para mí, el Gestaltista que trabaja desde la premisa de Gestalt Viva, no trabaja desde la estructura, no trabaja en una dirección preestablecida, no busca explorar o profundizar herramientas, y como señala Claudio Naranjo es un “apoyarse en lo que no es un punto de apoyo, sino en la vacuidad” y eso no significa que la Gestalt Viva en el fondo no haya estructura, herramientas, dirección lo que significa es que, el buscar en uno el vacío ayuda al conductor de ese trabajo el hecho de no poner en primer plano, teorías, técnicas, estructura al mismo tiempo que lo tiene presente en su haber y desde la vacuidad se pone al servicio del movimiento organísmico que se da en el proceso vivo, de esto que llamamos Gestalt Viva.
¿Qué emerge en primer plano? En primer plano emerge el cliente, la persona o el grupo que va a trabajar, el conductor/tallerista/terapeuta se queda en segundo lugar, él no es primero, cuanto menos se le vea mas se va a vivenciar el cliente, mas éste podrá estar y vivir su existencia y será con su vivencia que ira hilando el proceso de Gestalt Viva, con pequeñas sugerencias, ideas, propuestas a raíz de lo que se esta dando, de lo que ahí está fluyendo.
Cuanto más el Yo egoico del terapeuta desaparezca y se vacié del ego se acercará al Yo primordial abriéndose a ver al Tú que tiene en frente y la danza fluirá en la dirección que el Tú necesite. Al mismo tiempo el Yo vacío se dejará sorprender por el Tú y va a emerger organísmicamente su saber, para acompañar al Tú, para construir un Nosotros, este Nosotros que sólo se puede dar cuando no hay fragmentación del ser, cuando miramos al otro holísticamente y permitimos que se muestre organísmicamente, siendo nuestras intervenciones a favor del despliegue holístico y organísmico.
Eso que vivenciamos a través del proceso vivo genera un darse cuenta y un continuum de presente que permite a la persona que trabaja y al terapeuta a ampliar la consciencia de lo que se está dando, a encontrar un espacio de reposo dentro del ciclo de necesidades y del movimiento organísmico, ahí aparece lo nuevo, no como resultado sino como proceso, el proceso en si mismo es lo nuevo, lo transformador.
El facilitador de Gestalt Viva necesita haber realizado un trabajo profundo sobre si mismo, para que su parte egoica aparezca lo menos posible, no se enmascare para restar fuerza a la vivencia viva que está realizando el cliente y/o el grupo. Tener y reconocer muchas técnicas para dejarlas olvidadas de su primer plano, que sólo aparecerán cuando el campo lo requiera, sólo están al servicio de la experiencia del vivenciador de la experiencia que se está dando y no interrumpa el movimiento vivo que brota.
Quim Gómez i Tarrés
Psicólogo General Sanitario
Psicoterapeuta Gestalt
Barcelona 14 de noviembre de 2024
