Del ruido a la calma: Aprende a silenciar tu mente

Del ruido a la calma: Aprende a silenciar tu mente

Después de recoger vuestras peticiones, al parecer, todes hemos pasado por momentos cuando nos hemos sentido atrapadxs en una tormenta de pensamientos que no cesan. Esos diálogos internos, preocupaciones y escenarios catastróficos que parecen no tener fin pueden ser abrumadores. Sin embargo, hay un camino hacia la serenidad, y comienza con un simple paso: detenerte, observar y tomar contacto contigo.

Desde la Terapia Gestalt se busca tener CONCIENCIA de lo que nos pasa, y una FE organísmica, un concepto fundamental que está íntimamente relacionado con la confianza en nosotres mismes y nuestra capacidad de sostenernos.

Es como si cultivamos a un YO que tiene la capacidad de escuchar en silencio al otre yo que no para de hablar.

Karen Horney, una destacada psicoanalista, entendía la neurosis como un intento de hacer la vida más llevadera, una forma de “control interpersonal y adaptación”. Esta perspectiva nos permite ver el ruido mental no como un problema inherente, sino como una estrategia de adaptación que, aunque ineficaz a largo plazo, surge de una necesidad genuina de seguridad y bienestar.

A veces solo necesitas desahogarte, aceptar que la solución para algo requiere más tiempo o aprender a soltar el control de situaciones que no puedes cambiar. Estar en modo alerta puede ser útil para prever peligros y actuar con rapidez, pero cuando esta tensión se convierte en un estado constante, el impacto en tu cuerpo y mente puede ser devastador.

Las maneras para evitar el ruido mental pueden tomar muchas formas: desde el incesante “hacer” para evitar sentir, hasta el refugio en distracciones como sustancias, tecnología o una vida social excesiva. Estas estrategias no eliminan el ruido; solo lo enmascaran.

Karen Horney identificó patrones de necesidades neuróticas que pueden manifestarse como pensamientos intrusivos o preocupaciones excesivas. Ella propuso el concepto del “yo real” frente a la “imagen idealizada del yo”. El ruido mental a menudo surge de la discrepancia entre quienes somos realmente y quienes creemos que deberíamos ser.

Necesidades que nos mueven hacia los demás (complacencia):

  1. Necesidad neurótica de afecto y aprobación: La búsqueda constante de aceptación para evitar el rechazo.

  2. Necesidad de una pareja que se haga responsable de la vida: Dependencia extrema de otra persona para sentirse segurx.

  3. Necesidad neurótica de límites vigorosamente definidos: Deseo exagerado de estructura y seguridad.

Necesidades que nos mueven en contra de los demás (agresión):

  1. Necesidad neurótica de poder: Obsesión por controlar a otros como forma de evitar la inseguridad.

  2. Necesidad neurótica de explotar a los demás: Uso manipulativo de las personas para obtener ventajas personales.

  3. Necesidad neurótica de reconocimiento social o prestigio: Búsqueda constante de status y aprobación externa.

  4. Necesidad neurótica de admiración personal: Deseo excesivo de ser visto como especial o único.

  5. Necesidad neurótica de ambición personal: Afán desmedido por el éxito y la superioridad.

Necesidades que nos alejan de los demás (desapego):

  1. Necesidad neurótica de autosuficiencia e independencia: Rechazo extremo a la ayuda o dependencia emocional.

  2. Necesidad neurótica de perfección y control: Miedo al fracaso que lleva a un perfeccionismo rígido.

Es importante confiar en la auto-regulación organísmica, un concepto clave en la Terapia Gestalt. Esto significa que todos los seres humanos tenemos una orientación natural hacia la salud y que la vamos recuperando a medida que comenzamos a sanar nuestro sufrimiento. Esta idea se asemeja a los “Movimientos del Alma” en las Constelaciones Familiares, que presuponen una instancia superior muy profunda que nos orienta a ponernos en consonancia con la vida tal como es.

Recuerda que no se trata de eliminar los pensamientos intrusivos, sino de aprender a relacionarte con ellos desde la aceptación y la distancia. Observa tus pensamientos como eventos mentales pasajeros, sin identificarte con ellos ni reaccionar impulsivamente. Al abordar nuestros pensamientos intrusivos con compasión y entendimiento, podemos trabajar hacia una mayor serenidad y bienestar mental, abrazando con ternura esa parte de ti que busca tranquilidad.

Gracias por compartir vuestras inquietudes con la comunidad, esta se construye entre todas las personas que la integran. Juntes, podemos apoyarnos en este viaje hacia una mayor conciencia y bienestar.

TE SUJERIMOS:

Hay herramientas poderosas que puedes incorporar a tu vida para liberar tu mente poco a poco:

  • Cultiva momentos internos libres de preocupaciones, quizás sentade en el metro escuchando a Chopin, o mirando el verde a través de tu ventana.
  • Respiración profunda: ese gesto cuando respiramos profundo, sostenemos el aire y luego lo soltamos poniendo ese ruidito de alivio; un par de veces, esbozando una pequeña sonrisa al final, te ayudará a reconectar con tu cuerpo y corazón.
  • Atención plena a algo que esté pasando que sea muy básico, como si tratáramos de seguir el vuelo de una mosca, y solo eso…
  • Relajación muscular progresiva: El cuerpo tiene sus trucos, tensa y relaja grupos musculares para liberar tensiones físicas y mentales.
  • Escritura terapéutica: Igual que cuando hablamos con une amigue, suelta lo que piensas en un papel, sin estructura precisa ni sentido del orden, una verborrea de letras hasta que llegue el vacío.