Sant Jordi: Desafiando los Falsos Héroes para Escuchar la Sabiduría del Dragón Interior

Sant Jordi: Desafiando los Falsos Héroes para Escuchar la Sabiduría del Dragón Interior

Se acerca el día de Sant Jordi, con su trío arquetípico de caballero, dragón y princesa, que resuena en nuestro imaginario no sólo como un cuento de valentía, sino como una alegoría de nuestra psique. 

¿Podría ser que el temido dragón representa hoy no una amenaza externa a ser derrotada, sino una manifestación de lo instintivo que emerge ante nuestra desconexión y los “falsos actos heroicos” que perpetuamos?

Desde una óptica psicológica, el dragón puede dejar de ser el villano para convertirse en un símbolo de nuestras energías instintivas, aquellas que, desconectadas y reprimidas, se manifiestan de formas que percibimos como amenazantes. 

Siguiendo la visión de Claudio Naranjo, este dragón interior podría representar nuestras sombras no integradas, esos aspectos de nosotros mismos que rechazamos y que, paradójicamente, buscan ser reconocidos. La princesa, en este contexto, puede evocar la imagen de un sacrificio ofrecido por una sociedad enferma, esa parte de nuestro ser, que a menudo es relegada y “sacrificada” en el altar de identidades construidas sobre expectativas ajenas y la negación de nuestra propia verdad instintiva. Para adaptarnos, para encajar en moldes preestablecidos de lo que “deberíamos” ser, silenciamos esa voz interior intuitiva, creativa y emocional, ofreciéndola, simbólicamente, al “dragón” de la conformidad y la represión.”

El verdadero acto de valentía quizás no reside en blandir la espada contra una amenaza externa, sino en la introspección profunda para entender qué parte de nosotros está clamando atención a través de ese “dragón” interior. 

Esta leyenda, convertida en un sueño colectivo, delata una neurosis social: glorificamos al héroe que “mata” lo instintivo —nuestros deseos reprimidos o pulsiones creadoras—, perpetuando una espiritualidad ajena al cuerpo. 

¿Y si el dragón no es un enemigo, sino un maestro? En lugar de aniquilarlo, escuchar su mensaje. ¿Qué grita esa energía que hemos convertido en monstruo? ¿Cómo alimentarías su fuego en vez de apagarlo? 

“El dragón es la sombra del héroe. Hasta que no lo abraces, seguirás librando batallas ficticias”

¿Cómo vivir este mito hoy? La terapia Gestalt no lo analiza, lo experimenta: si cerraras los ojos y sintieras la sangre del dragón transformarse en rosas, ¿qué palpitaría en tu pecho? 

¿Y si fueras la espada, no quien la empuña? ¿Qué partes tuyas cortas por miedo o proteges por vergüenza?

Las rosas que brotan de la sangre podrían simbolizar, en clave actual, la memoria de quienes cayeron antes: su “sangre” (dolor) fecunda una nueva conciencia.

El nuevo paradigma del heroísmo en la Escucha Interior

La leyenda de Sant Jordi nos desafía hoy a ir más allá de la narrativa simplista, a dejar de lado las máscaras y permitir que la sabiduría de nuestros instintos nos guíen hacia una forma de ser más plena y conectada. Así, la leyenda deja de ser un cuento y se convierte en un ritual vivo. Cada rosa ofrecida se convierte así en un símbolo no solo de amor romántico, sino del amor propio que florece al abrazar todas las partes de nuestro ser, incluso aquellas que hemos temido y etiquetado como “dragones”. Hoy, esas sombras tienen nombres: desigualdad, exclusión, silencio, etc.

 ¿Cuántas “princesas” necesitamos para despertar?