FORMACIÓN
Postgrado de Amor y Relación de Ayuda 2020-21
Presentación
Es la bondad la más humana de las manifestaciones del amor…
en sus orígenes el amor-bondad está íntimamente unido al amor maternal,
siendo una extensión natural de lo siente la madre por las crías, (y hablo de “crías” …
algo que no es propio solamente del hombre, sino de todos los mamíferos).Claudio Naranjo
Desde el trabajo personal que hemos realizado con Claudio Naranjo en el Programa SAT y sus aportaciones sobre la necesidad de salir del Patriarcado y el desarrollo de Los Tres Amores (Amor Placer o del Hij@, Amor Compasivo o de la Madre) y Amor Admirativo relacionado con el Padre), hemos visto como el acompañamiento dado a nuestros alumnos y clientes desde una relación de ayuda que recupera un nuevo maternaje ha sido tan valioso y altamente eficaz. Es por ello que hemos decidido realizar una formación de Maternaje a profesionales de ayuda esperando contribuir en alguna medida a la recuperación del Amor Maternal como base principal y primer valor de la vida y por tanto por coherencia también del desarrollo personal.
Dirigido a:
Diferentes Profesionales de la Ayuda que puedan necesitarla: Terapeutas Gestálticos, Coachs, PNL, Psicólogos, Pedagogos, Terapeutas Naturales, Trabajadores Sociales, Educadores Sociales, Consultores, RRHH. La formación es para aquellos profesionales que trabajen en todo tipo de contextos familiares, pedagógicos, sociales y relacionales. Tiene aplicaciones en el área familiar, educativa, social, y empresarial
A toda persona que quiera trabajarse con este enfoque, en la comprensión de sí misma y de las dinámicas existentes en su Madre y familia. Con el deseo de aplicar esta forma de mirar y poner orden a sus propias vidas sin la intención de dedicarse profesionalmente a ello.
¿Qué es el acompañamiento desde el Amor Maternal o Maternaje?
En la terapia y / o cualquier acompañamiento desde apoyar, ofrecer un lugar seguro donde el cliente, el usuario, puede sentirse libre de ser quien es, de expresarse tal y como le salga, con la garantía absoluta de que será escuchado atentamente, que la mirada estará en él, y que toda la atención estará abierta a recibirlo y poder acompañar desde una manera respetuosa, sin juicios, con una aceptación total: “Estaré en la empatía, para asumir su dolor, su vergüenza, su humillación”
Hay tres formas de contacto básicas: la escucha atenta, la mirada atenta y el contacto físico, mediante abrazos, acompañar en las respiraciones y emociones
Los atributos de la compasión son: sensibilidad, empatía, simpatía, cuidado por el bienestar, no juicios, tolerancia de la angustia.
A través de esta actitud del profesional, el cliente abre su propia compasión hacia sí mismo, puede mirarse con buenos ojos, y su yo puede atreverse a acompañar las partes más dañadas, humilladas, donde se ha podido acumular el miedo, la tristeza, el dolor y la rabia. Se despierta el auto-maternatge imprescindible para poder hacer un proceso de autoconocimiento en profundidad.
En el dolor más nuclear y existencial, los mecanismos de defensa de la persona pueden intentar evitarlo. Así pues se necesita verdadera Compasión para sostenerte, apoyarte y cuidarte mientras haces frente a situaciones verdaderamente difíciles.
Así pues en ese acto de amor, podemos crear unos vínculos afectivos seguros desde el profesional hacia el cliente que serán la base de las necesidades innatas: autoestima, autonomía, superación personal y vínculos afectivos y sólidos.
El acompañamiento desde el Maternaje tiene la característica del elogio de cualidades y virtudes, el elogio sincero y sentido. No hacen falta grandes cambios ni grandes conquistas, a cada pequeño paso, a cada pequeño avance o “darse cuenta” podemos irle devolviendo al cliente, podemos constatarlo. El patriarcado y sus efectos están en esperar grandes resultados de golpe y no disfrutar del camino, del paso a paso, a ponerse una medalla para este paso conseguido, y poder contactar con la satisfacción. “hacerlo bien es tu obligación”, por tanto no hay elogio cuando sale bien, y en cambio se castiga cuando no sale bien o no se llega al nivel esperado.
Amar y confiar en las personas que nos “gustan” no requiere gran profesionalidad, pero cuando se nos presenta un cliente desagradable, no perder la esperanza, tener fe en la autorregulación organísmica, sólo lo puede hacer un profesional que trabaja desde el maternaje y desde la compasión. “Ámame cuando menos lo merezca, que será cuando más lo necesite”
Otro aspecto importante es saber encontrar el equilibrio entre la comprensión y la confrontación. Teniendo bien presente el concepto de Winnicott de la “madre suficientemente buena” que es la que sabe abrazar y sabe soltar, viviendo la angustia y el miedo. Asimismo con nuestros clientes que los acompañamos hasta que podemos separarnos y dejar que sigan autónomamente su camino con responsabilidad