Llamamos: Viva, por ser una transmisión humana de una actitud y una praxis por contagio experiencial. Requiere una evolución continuada del gestaltista o profesional de ayuda para que sea algo vital para las dos partes, un encuentro existencial. Un profesional de ayuda en este enfoque no se sustenta en el rol o se basa solo en unas técnicas especializadas, sino que se basa también en su historia viva, en su transformación personal y su capacidad intuitiva de “contagiar consciencia”. Un aspecto esencial es el corazón como camino espiritual, la compasión hacia el sufrimiento y desde ahí puede surgir de forma natural ponerse al servicio a los demás y del mundo.
Teniendo en cuenta estos aspectos fundamentales tod@s l@s tallerist@s de la formación son personas que llevan un proceso personal y profesional de más de 30 años con temáticas de su propia vida que han cultivado durante ese tiempo y que han hecho suyas de una manera original poniéndolas al servicio de otr@s. La gran mayoría estando cerca de Claudio Naranjo y colaborando con él.
El programa de la formación Implica una visión integrativa entre el centro corporal, emocional y mental y por supuesto de nuestra parte psico espiritual o transpersonal. Además de aportaciones de Los tres amores, la meditación, el carácter/ eneagrama, el arte/expresividad, lo transpersonal, la fe organísmica y el trabajo de las relaciones con la madre, padre, familia, pareja…:
De este empoderamiento natural en nuestras cualidades amorosas surge un impulso orgánico de ayudar a otr@s, de ser útiles al mundo, y esto también lo apoyamos mucho para que cualquier persona pueda poner al servicio ese potencial y la evolución que surge de ello. Desde nuestra experiencia es un salto cualitativo en el proceso personal que marca una diferencia muy sustancial.
El patriarcado no es solo una estructura externa, puede ser una forma de conciencia dominante con consecuencias de represión emocional, hiper intelectualización, educación basada en la obediencia y relaciones jerárquicas-autoritarias. Genera ruptura interna entre cabeza – corazón – cuerpo y aumenta las neurosis colectivas: narcisismo, adicción al poder, vacío interior, masculinidad frágil, femineidad anulada…
Salir del patriarcado significa recuperar nuestro animal interior-instinto y nuestra capacidad para el gozo a en todos los ámbitos de la vida. También recuperar nuestra abertura del corazón donde la mente se inclina al corazón, lo que permite despertar todo su potencial y abrirnos a una espiritualidad no moralista vinculada a la experiencia
Salir del patriarcado también significa implica sanar el masculino y el femenino internos y armonizar las relaciones entre hombres y mujeres y otras identidades no binarias
En el ámbito del grupo trabajamos con dos tutor@s que se armonizan entre sí mism@s y que se armonizan con l@s ayudantes y los talleristas donde emana una bella creatividad colaborativa que emana al grupo generándose un ambiente en armonía que es un espacio muy nutritivo y reparador
Desarrollar una Familia Interior en armonía (abrazo a tres), forma parte central de nuestra visión terapéutica y pedagógica. Para nosotr@s es una de sus contribuciones más poderosas al enfoque integrativo y base de la salud y la condición de seres completos
Nos hemos inspirado en el ideal de Totila Albert, de benefactor Claudio Naranjo: “una armonía de nuestros componentes psico-biológicos” “un mundo posible formado por seres que han alcanzado ese equilibrio interior entre sus partes padre, madre e hijo. -Era tal “abrazo-a- tres”. “En aquel en cuyo corazón se abracen el padre, la madre y el hijo con sus respectivos amores, naturalmente no habría ni la tiranía del intelecto, ni el emocionalismo desequilibrado, ni la anarquía de la impulsividad “. Tótila Albert veía nuestros “tres principios” ya en la estructura de embrión , constituido por sus tres “ capas” ( ectodermo , mesodermo y endodermo ) , así como en la estructura de la familia y también en un nivel transpersonal cósmico – pues somos ”hijos del cielo y de la tierra”[1]
Cada uno de los tres principios hace una función diferente y complementaria, Claudio Naranjo recoge como el principio paterno es “fecundar, producir y dar forma al don de la vida”, en el materno las funciones son las de “ recibir , nutrir, educar y devolver a la vida toda su esencia “ , mientras que las funciones propias del hij@ son las de “crecer , aprender , desear, y ser libre”[2]
Estos tres principios corresponden a su vez con tres amores que conviene explicitar si consideramos que la salud depende de nuestra capacidad amorosa Sobre los tres amores C. Naranjo distingue: El amor del hijo: “un amor que goza del otro, que se complace con la belleza del otro. Un alegrase de la alegría ajena”. El amor maternal: “el amor-bondad, siendo una extensión natural de lo que siente la madre por las crías (y hablo de “crías” antes que de hijos para aludir a algo que no es propiamente del hombre, sino de los mamíferos), la madre es la que nos da lo que necesitamos”. El amor paterno: “el padre es aquel al que la madre esta mirando, aquel que la madre valora… y así ocurre como si la madre implícitamente delegase en el padre el orden de los valores , simplemente porque el niño percibe que ella lo ama” [3]
La sanación y evolución personal pasaría desde nuestro enfoque en conocer, escuchar y transformar esta familia interna, como componentes complementarios de una totalidad que necesita ser integrada y armonizada. Solo en la reconciliación entre estas partes internas es posible vivir con plenitud y autenticidad. Los conflictos externos (familiares, sociales, culturales) reflejan muchas veces conflictos no resueltos en nuestra familia interior.