El Duelo en los Tiempos de
la COVID-19

por Juana Gallardo Díaz

Los griegos tenían tres nombres, con sus correspondientes dioses, para aludir al tiempo: “Cronos”, que hacía referencia al tiempo cronológico, el que permite el transcurso de los días y las noches; “Aion”, que representa el tiempo ilimitado; y “Kairós”, que es un momento indeterminado del tiempo en el que pasa algo especial, es “un momento supremo”. Kairós era hijo de Zeus (dios del cielo y del trueno y de Tique, diosa de la suerte (en la mitología romana era Fortuna). Definía un momento especial, que por su origen, ser hijo de Tique, también podía traer la suerte con él. Ahora vivimos uno de esos momentos “kairós”. En este nos es difícil ver todavía la suerte y lo que vemos básicamente son muchas muertes. La muerte forma parte de la vida, pero nos lleva tiempo aceptarlo y, por eso, la muerte se oculta normalmente y se evita como tema de conversación.

La muerte en nuestra sociedad es un tabú. Las circunstancias que ha creado la pandemia nos la ha traído ahora a primer plano. En una situación normal hay una serie de rituales que rodean a la muerte y que nos permiten lo que de entrada parece tan difícil: aceptar la pérdida e integrar en nuestra vida el vacío que deja la persona fallecida en las vidas de los que, de momento, nos quedamos aquí. Los rituales alrededor de la muerte son diversos pero tienen un mismo objetivo: el acompañamiento, en primer lugar, de la persona que se va, para favorecer el tránsito de un estado a otro (o de un estado al no-estado, según sean las creencias) y una vez que esa persona atraviesa el velo de la eternidad, el acompañamiento se dirige a los familiares y allegados de esa persona. Estos rituales de acompañamiento son necesarios para realizar posteriormente un duelo saludable.

¿Qué es el duelo? El duelo es el camino que nos conduce de la herida a la cicatriz, es decir el proceso que nos saca del estado de shock en que la muerte nos sume y nos permite, con el paso del tiempo, adoptar una actitud proactiva con respecto a esa pérdida. Entender la herida es lo que nos permitirá ir cerrándola hasta convertirse en una cicatriz, un cosido que nos recordará la rotura que sufrimos.

En la situación actual muchas personas viven o vivirán una imposibilidad de este acompañamiento: ni vamos a poder estar con la persona querida ni nuestros amigos podrán abrazarnos para hacernos saber que no estamos solos con nuestro dolor. Esto hace que sea especialmente necesario no renunciar a dichos rituales sino reinventarlos.

El número de fallecimientos que se producen a diario, ha convertido a la muerte en algo insustancial, que corre el peligro de ser un número más en una estadística, carente de valor y al acto de la despedida se le ha quitado trascendencia y valor por la urgencia de la necesidad y se puede convertir en un trámite. Si esto pasa, deja a la persona que lo está viviendo en una situación de vacío y desazón. De ahí la importancia de saber que si bien no son los posibles lo rituales habituales, es necesario encontrar otros adaptados a la situación y es, por eso, que apuntamos aquí algunas posibilidades.

[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=”1/2″][vc_single_image image=”13711″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_tta_accordion][vc_tta_section title=”ENTIERROS” tab_id=”1588938462312-ec3d4134-050c”][vc_column_text]ENTIERROS 

En los entierros, en los que actualmente se permite la presencia de algún familiar, aunque la ceremonia es muy, muy breve se puede: 

[/vc_column_text][/vc_tta_section][vc_tta_section title=”EN CASA” tab_id=”1588938462387-aeb67a82-95e5″][vc_column_text]EN CASA 

En nuestra casa podemos hacer presente a la persona fallecida mediante pequeños actos simbólicos: 

[/vc_column_text][/vc_tta_section][vc_tta_section title=”EL CUIDADO DE UNO MISMO” tab_id=”1588938568112-57a9a2b9-34ae”][vc_column_text]EL CUIDADO DE UNO MISMO 

Es importante asimismo poner énfasis en la necesidad de que todos aquellos que están viviendo pérdidas en estas circunstancias, acentúen el cuidado de uno mismo. Esto se puede conseguir poniendo conciencia en los siguientes aspectos: 

  1. a) Normalizar las manifestaciones de duelo en todos los planos: 
  1. b) Es muy importante que, en medio de toda esta tormenta de sentimientos y desconciertos, recordemos que hay cosas que nos benefician y cosas que nos perjudican y que es necesario, precisamente, acentuar el cuidado de uno mismo. Esto supone luchar en la medida de lo posible contra le entropía, es decir, contra los estados tendentes al caos (tanto externo como interno) que nos pueden invadir y cuidar (aunque sin grandes exigencias) de proporcionarnos unas atenciones básicas que nos pueden ayudar a transitar el momento: 

[/vc_column_text][/vc_tta_section][vc_tta_section title=”CON LA FAMILIA” tab_id=”1588938618221-be1b0ae8-f725″][vc_column_text]CON LA FAMILIA 

Aunque no podamos acompañarnos presencialmente, ahora necesitamos más que nunca vivenciar la sensación de red familiar, que nos sostiene. Por eso, es importante mantener el contacto que nos permiten las actuales tecnologías con los miembros de la familia (no esperar a que “esto” pase porque los sentimientos se están dando ahora): 

[/vc_column_text][/vc_tta_section][vc_tta_section title=”LOS AMIGOS” tab_id=”1588938744601-558cbe46-2044″][vc_column_text]LOS AMIGOS 

Como amigos también vivimos con desconcierto esta situación. Quizás nuestra intervención sea leve en estas circunstancias, pero se trata de hacerle llegar al otro que estamos aquí, que vemos su dolor y lo comprendemos: 

[/vc_column_text][/vc_tta_section][/vc_tta_accordion][vc_message]Sirva esta pequeña guía para recordar también que, aparte de estas muertes que están siendo tan dolorosas por las circunstancias en las que se están dando, en estos momentos todo el planeta está en duelo: hemos perdido seguridad, una forma de vida, un mundo que conocíamos, unas certezas… Esto requiere tener mucho cuidado y poner mucho amor en la relación con los demás, repartir esperanza y desear que todo lo vivido incremente positivamente la conciencia sobre cómo queremos vivir y cómo deseamos tratar a este planeta que ha respirado, por fin, cuando nosotros hemos detenido nuestra actividad.[/vc_message][/vc_column][/vc_row]

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